Todo se hace pequeño con el vuelo,
los camiones, las casas, los árboles,
los tranvías…
las penas.
Y cuando el avión está lejos
una bandada de nubes, como algodones
blancos de cielo intenso,
de urbe desaparecida,
libera quimeras y desovilla sueños.
©Pilar
Fernández Bravo
Hay momentos que todos necesitamos abrir las alas y volar ;) Precioso (como siempre)
ResponderEliminarGracias, aNNaBeL, también como siempre. La libertad es un bien preciado que hay que cuidar y, por supuesto, ejercitar. Abrir las alas es necesario de vez en cuando.
EliminarUn beso.