¿Qué se esconde detrás de las puertas
de los edificios de Saint Germain?
¿Cuántas vidas se ocultan bajo la luz de
las ventanas
cuando el reloj cruza las agujas en un
punto cualquiera?
Sumisos cuerpos que desperezan el insomnio
y salen a la calle invadiendo las aceras
caminan sacudiéndose el letargo
con elegancia chovinista
y en el camino parecen componer una disculpa
a veces ocupan las sillas del Café des
Deux Magots
o del Café de Flore, frente a frente,
siempre
como en otros tiempos hicieran Sartre y la Beauvoir
entonces sus caras de parisinos vuelven
a la vida
dibujan una atmósfera única
y engendran ambientes y aromas
que no se encuentran ni en Madrid
y los cuerpos estilizados y coloridos de
Philippe
Derome
entonan melodías
y ejecutan posturas imposibles entre las mesas
con una
filosofía superior de la existencia
por qué será que lo he vivido
con el encanto que se viven los
recuerdos
parís detenida en el pretil de hierro
sobre el Río
mirando el agua, como se mira a un hijo
hoy quiero volver a esos cafés
en la mano un moleskine
beberme París a sorbos
y pasear mi memoria por el Sena
por Saint-Michel, Chatelet, rue Monsieur-le-prince
por los puentes
como hiciera Cortázar con la Maga
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