jueves, 17 de diciembre de 2020

Beso cuántico

 

                               Imagen: Universidad de Cambridge.


Se esconde una ingeniería en el beso,

una técnica de hierros fundidos

al calor de los labios,

latidos en horno atemporal

y preciso.

Un amasijo de fluidos con vida propia,

imprecisa tal vez, pero cercana,

más que el aire

más que la piel

mucho más que las manos

que desbrozan con pulsiones

los andamios de la espalda.

Una mecánica que licua los sentidos

y huye del frío

y hace estallar la leña

con palabras de lava

susurradas.

                                       ©Pilar F. Bravo

 

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