lunes, 23 de noviembre de 2015

Tres poemas inéditos de Fernando del Paso, premio Cervantes 2015

El escritor de 'Palinuro de México', Fernando del Paso, uno de los renovadores de la narrativa de su país, ha ganado el premio Cervantes, el máximo galardón de las letras en español. 
Aquí os dejo tres espléndidos poemas inéditos, pertenecientes a su libro, en proceso, "Poemas para estar solo" y que ha publicado la revsita Nueva Era. 
Así mismo Radio3 Extra invade nuestros sentidos con un poema de Fernando del Paso, aquí os dejo el vídeo. 
Veamos como suena Cuestión de identidad, poema de Fernando del Paso.



Inopia

He despilfarrado el arcoíris.
Las golondrinas que tenía destinadas a varios poemas
están en números rojos.
Mi cuenta de atardeceres está congelada.
Le debo al fisco tres mil quinientas mariposas.

Cuestión de identidad

La palabra no es vieja,
por fortuna.
Yo no soy la palabra,
por desgracia.
Cuando la palabra me dice,
la palabra me retrata.
Cuando digo a la palabra,
la palabra se espanta.
La palabra es un río cuando el río es un cometa.
Un cometa es la nube cuando la nube llueve,
la nube llueve cuando en mi cuaderno
escribo la palabra “lluvia” mil veces.
Yo no soy la palabra
pero quisiera serlo
para volar con ella
de tiempo en tiempo,
de boca en boca.

Cuando Murió mi madre

Cuando murió mi madre se murieron todos los ángeles.
Unos, en pleno vuelo, se desplomaron en silencio
como campanas de fieltro.
Los que hacían el amor en las axilas de un templo
se desmoronaron sin miedo, como barcos de harina.
Los que cantaban en las nubes con laúdes de vidrio
se transformaron en lluvia de saliva
y de plumas.
Un ángel en especial se incendió las alas
al rozar un relámpago.
Otro, un poco miope,
se colgó de las aguas verdaderas de un río.
Y hubo ángeles con pechos que daban vino
y que increíblemente se cayeron de espaldas
en un estanque lleno de telarañas, esmeraldas y ombligos.
Eso fue cuando murió mi madre
la mañana de un lunes sin pudor y sin frío.

Aquí podéis leer la revista Nueva Era y el artículo completo sobre Fernando del Paso.


lunes, 16 de noviembre de 2015

Poema para recorrer París, de Juan Ballester


Siempre queda París para soñar tu cuerpo,
para buscar tu pelo, para hallar tu sonrisa,
siempre queda la magia de recorrer sus calles
mientras los bosques tienen envidia de tus ojos.

Siempre queda París oculto en la recámara,
un proyectil certero para alegrar el alma,
siempre, como una tabla de salvación, nos queda
la opción de ser felices como dos amapolas.

Siempre queda París, la ciudad de las luces,
el lugar donde el tiempo se convierte en alondra,
donde tus dedos bullen y tus labios florecen
y tus palabras suenan a rumor de cascada.

Siempre queda París, sus jardines y plazas,
sus cafés que aún recuerdan el sabor de tu nombre,
los palacios cubiertos de historias, de leyendas,
los andenes del metro donde plantaste besos.

Siempre queda París, la torre Eiffel, Montmartre,
el Louvre, los Inválidos, la Concordia, Pigalle,
el amor que resurge detrás de cada esquina,
la música que espera cada noche de luna.

Siempre queda París, amor, si tú lo quieres,
si te asomas al río tranquilo de mis años,
París para abrazarnos, para esperar cigüeñas,
París eternamente, atado a tu cintura.